viernes, 6 de diciembre de 2013

Las elecciones legislativas refuerzan el poder de Alpha Condé en Guinea Conakry

Alpha Condé, presidente de Guinea-Conakry desde 2010, gobernará los próximos cuatro años con una mayoría parlamentaria suficiente gracias a la estrecha victoria lograda por su partido en las pasadas elecciones legislativas del 28 de septiembre. Unos comicios que, contestados por la oposición que los ha tachado como “poco realistas” y en torno a los que se han generado manifestaciones con violencia, han sido avalados por el Tribunal Supremo del país. 

Alpha Condé
Se trata de las elecciones al primer parlamento elegido democráticamente desde 1958, año en el que este país obtuvo su independencia de Francia. La coalición del gobierno ha sumado un total de 60 de los 114 asientos que conforman la Asamblea Nacional de la cámara única de Guinea. 53 de ellos han sido para el RPG (Reunión de Patriotas Guineanos), el partido de Alpha Condé, y 7 para sus aliados. 

La oposición ha alcanzado un total de 53 escaños. 37 para el UFDG (Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea), de Cellou Dalein Diallo, principal rival de Condé; 10 para el UFR (Unión de Fuerzas Republicanas), de Sidya Touré; y 7 para el resto de partidos. Entre estos últimos un pequeño partido centrista ha obtenido un escaño. Estos resultados, que otorgan al gobierno suficiente comodidad en la toma de decisiones, fueron publicados el pasado 18 de octubre por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) pero no fueron validados y confirmados como definitivos por el Tribunal Supremo hasta el 15 de noviembre. 

El líder de la UFR, Sidya Touré, ha declarado que no reconoce estos resultados. Considera que no se ajustan a la votación popular debido a que “las elecciones fueron manipuladas por el RPG con resultados que son completamente surrealistas”. Los partidos contrarios al gobierno han señalado que no se han tenido en cuenta muchos centros de votación en algunos distritos electorales y que se han invalidado votos en las circunscripciones favorables a la oposición. 

Por su parte, los representantes de la Comunidad Internacional responsables de supervisar las elecciones legislativas (ONU, Unión Europea, Francia, Estados Unidos y países de África Occidental) también han informado de irregularidades que podrían “poner en peligro la sinceridad de algunos resultados”. A pesar de todo ello y de las apelaciones de más de una docena de partidos, incluido el partido en el poder, el Tribunal Supremo no ha alterado los resultados publicados por la CENI. 

Estos comicios son un paso más en la realidad política de un país que ha pospuesto en numerosas ocasiones la elección de su Asamblea Nacional debido a las discrepancias en su organización entre el gobierno y la oposición. La primera fecha para estas elecciones fue programada para 2010, seis meses después de las primeras elecciones presidenciales democráticas en este país desde su independencia en 1958 y que fueron ganadas por el actual presidente del país, Alpha Condé, contra su adversario Cellou Dalein Diallo, del UFDG. Alphá Condé ganó en la segunda vuelta y ‘por poco’. En la primera vuelta Condé obtuvo el 18,25% de los votos y Diallo el 43,69%. En la segunda vuelta Condé ganó con el 52,52% frente al 47,48% de Diallo. La oposición sostiene que, debido a esta estrecha victoria del actual presidente, su elección fue un fraude. 

Debido a las protestas de la oposición las elecciones parlamentarias no tuvieron lugar. Volvieron a programarse para diciembre de 2011 y también para mayo de 2013. Sin embargo cuestiones fundamentales quedaban aún sin resolver: las debilidades técnicas, la falta de transparencia en el proceso de revisión del censo electoral y la falta de preparación para el voto de la diáspora guineana. 

El ambiente político de desconfianza es una constante en Guinea Conakry. Las manifestaciones de la oposición contra el presidente Alpha Condé son continuas y muchas son violentas y suelen acabar con heridos e incluso muertos. Así ocurrió el pasado 25 de noviembre en el que tuvo lugar una jornada de protesta en contra de la validación por el Tribunal Supremo de los resultados de las elecciones. En la manifestación, organizada por la oposición al gobierno, murieron dos personas y al menos 19 resultaron heridas por los enfrentamientos entre los partidarios de la oposición y las fuerzas de seguridad. 

Se trata asimismo de un país que ha estado gobernado por sucesivas dictaduras desde su independencia hasta hace tres años, lo que ha supuesto una gran debilidad en su estructura política. El 19 de julio de 2011 tuvo lugar un intento de golpe de Estado en la casa presidencial, del que Condé salió ileso. La mayoría de los partidos políticos de Guinea se organiza por motivos étnicos o regionales y la sociedad civil se divide según criterios políticos y étnicos. El actual presidente, Alpha Condé es mandinga, etnia a la que pertenece el 35% de la población, y Diallo, su principal opositor, es peul, la etnia de la que forma parte el 40% de los guineanos. Muchos peul se sienten marginados por los sucesivos gobiernos y, por ejemplo, nunca ha habido un presidente peul.

Quizás te interese: Elecciones para la Asamblea Nacional en Guinea-Conakry tras dos años de espera


Artículo publicado originalmente en GuinGuinBali

domingo, 3 de noviembre de 2013

Eritrea, la Corea del Norte africana

El pasado 3 de octubre más de 300 personas que emigraban hacia Europa murieron ahogadas en el naufragio de un barco cerca de la isla italiana de Lampedusa. La mayoría de aquellas personas huía de Eritrea, un país del cuerno de África.

Eritrea tiene fronteras
con Sudán,Etiopía y
Yibuti
Eritrea es un país que fue delimitado cuando los italianos la tomaron como colonia en 1890, culminando con ello el proceso de colonización que habían empezado en 1869, justo después de la apertura del Canal de Suez. Los italianos, con el interés de instalar a su población allí, llevaron un gran desarrollo a la agricultura, la industria básica y la infraestructura. Asmara, la capital, es una de las ciudades más bonitas de África.

Italia mantuvo esta colonia hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando sus posesiones fueron tomadas por los Aliados y Eritrea fue ocupada por los británicos en 1941. En 1952 Naciones Unidas determinó establecer Eritrea como una entidad autónoma federada con Etiopía, un acuerdo que unía los intereses de ambos territorios, la demanda de soberanía de Etiopía sobre el territorio de Eritrea y las aspiraciones eritreas de independencia. La demanda de Etiopía de soberanía sobre el territorio de Eritrea tiene un vértice histórico. Entre el año 300 y 600 d.C, el territorio eritreo era parte del Reino de Aksum, que estaba constituido por Eritrea y el norte de Etiopía y la creación de la Eritrea italiana es el resultado de la incorporación de reinos independientes y de varios Estados vasallos del Imperio Etíope y del Imperio Otomano. Aunque también hay que tener en cuenta que ceder a la independencia de Eritrea dejaba a Etiopía sin salida al mar.

Diez años más tarde, este acuerdo promovido por la ONU fue incumplido por el emperador de Etiopía, Haile Selassie, quien anexionó el territorio de Eritrea a Etiopía desencadenando una lucha armada que terminaría en 1991, cuando el Frente Popular para la Liberación de Eritrea (FPLE), dirigido por Isaías Afewerki, el actual presidente del país, conquistó la capital y creó un gobierno provisional.

Las primeras operaciones militares contra el ejército etíope tendrían lugar en 1961 por el Frente de Liberación de Eritrea (FLE), de mayoría musulmana. Sin embargo, conflictos internos dividieron este grupo, creándose el Frente Popular para la Liberación de Eritrea (FPLE), de mayoría cristiana, en 1970. Isaías Afewerki se unió al FLE en 1966, en 1970 fue el cofundador del FPLE y en 1987 alcanzó la secretaría general de esta organización. En febrero de 1994 el FPLE cambió su nombre a Frente Popular para la Justicia y la Democracia (FJD). El Frente Popular para la Justicia y la Democracia es el actual único partido permitido en Eritrea.

Un referéndum de autodeterminación proclamó la independencia del país el 24 de mayo de 1993. Sin embargo, en lugar de ir hacia la democracia y el progreso económico, el camino del país se torció hacia un régimen autoritario, dirigido por Isaías Afewerki. Afewerki, ya líder de facto antes de la independencia, fue elegido presidente de la Eritrea independiente por la Asamblea Nacional en 1993. El país tenía previstas unas elecciones para 1997 que nunca tuvieron lugar, de modo que Eritrea no conoce las elecciones

El actual gobierno está acusado de autoritarismo, represión y suprimir la democracia. En el año 2001, voces dentro del partido del presidente pidieron la aplicación de la Constitución ratificada en 1997 y una mayor apertura política y social. Afewerki respondió encarcelando a los disidentes, incluido su vicepresidente, y a los periodistas que informaron de la petición. En febrero de 2002, el máximo órgano legislativo de Eritrea, la Asamblea Nacional, decidió no permitir la creación de partidos políticos en el futuro. En 2009, la organización Human Rights Watch advirtió que el gobierno estaba convirtiendo el país en “una prisión gigantesca”. Y en diciembre de 2010, cables diplomáticos estadounidenses revelados por Wikileaks contaban que “los jóvenes eritreos huyen de su país en masa, la economía parece estar en una espiral de muerte, las cárceles de Eritrea están desbordadas y el dictador desquiciado del país sigue siendo cruel y desafiante”. 

Eritrea salió de su larga guerra de independencia en 1993 para sumergirse una vez más en un conflicto militar, primero con Yemen y después con Etiopía. El enfrentamiento con Yemen tuvo lugar por la ocupación por parte de las tropas eritreas en 1995 de las islas de Hanish, localizadas en el Mar Rojo, islas que están situadas a una distancia similar entre Eritrea y Yemen. Este conflicto se resolvió en 1998 a través del arbitraje del Tribunal Internacional de Justicia que decidió dar la soberanía de la isla mayor a Yemen y dividió las otras islas más pequeñas entre los dos países. 

En 1998, las disputas con Etiopía fueron fronterizas y volvieron a resurgir por la dominación sobre la ciudad de Badme. Estas hostilidades acabaron en conflicto hasta que finalizaron en junio de 2000 con un acuerdo de paz y con miles de jóvenes soldados muertos. La ONU, que patrullaba la zona se retiró, sin cumplir su mandato, en 2008. Las relaciones entre Etiopía y Eritrea siguen siendo tensas, manteniendo Etiopía en Badme sus tropas, aunque esta región, según un dictamen de la Corte Internacional de Justicia, pertenece a Eritrea. 

Eritrea es un país cerrado de fronteras herméticas, una gran prisión. Es por eso que es considerada como la Corea del Norte del continente africano. La libertad de circulación, expresión y religión no existen y hay una violación constante de Derechos Humanos. Claire Beston, especialista en Eritrea de Amnistía Internacional, explica que “Eritrea es uno de los países más represivos, opacos e inaccesibles del mundo”. Según el periodista Léonard Vincent, especializado en Eritrea y antiguo responsable de la oficina en África de Reporteros Sin Fronteras, “el presidente Afewerki considera su pueblo, que es controlado en permanencia, como su esclavo. El país se ha convertido en un inmenso campo de trabajo forzado. El servicio militar comienza a la edad de 17 años y termina a los 50. Vivir en Eritrea, donde la economía está totalmente deteriorada, es hoy un calvario”. 

Obtener información de este país es muy difícil debido a que ningún periodista extranjero puede entrar en él. Eritrea no tiene medios de comunicación de propiedad privada y según Médicos Sin Fronteras Eritrea es el último país del mundo en libertad de prensa. El barómetro de la libertad de prensa 2013 de Reporteros Sin Fronteras muestra que de los 184 periodistas encarcelados entre los años 2001 y 2011, 28 han sido en Eritrea, cifra que superan Siria, con 33 periodistas encarcelados; China, con 29 y Turquía, con 28. Además, de los 13 colaboradores encarcelados, 4 han sido en Eritrea. 

Pero la libertad de expresión no se limita sólo a los medios de comunicación. La oposición está prohibida. “Cualquiera que critique al presidente Isaías Afewerki es apresado sin proceso judicial, a menudo en las condiciones más duras”, explica Beston. Un informe de mayo de 2013 publicado por Amnistía Internacional cuenta que en Eritrea son más de 10.000 encarcelados por motivos políticos, detenidos arbitrariamente y recluidos sin juicio “en unas condiciones atroces inimaginables” desde que Isaías Afewerki llegó al poder hace 20 años. Aunque, en realidad, es imposible conocer el número exacto de detenidos. Algunos de los encarcelados, según el informe de Amnistía internacional, son periodistas o críticos del gobierno. Aunque otros meramente han tratado de huir del país, evitar el servicio militar obligatorio en el ejército o han practicado una religión sin registrar. En Eritrea el 52% de la población practica el Islam, el 45% el cristianismo y el 3% otras religiones tradicionales. 

La tortura es habitual, generalizada en una red de centros de detención. “El gobierno ha utilizado de manera sistemática los arrestos arbitrarios y la detención sin juicio para aplastar toda oposición, reducir al silencio toda disidencia y castigar a cualquier persona que se resista a someterse al sistema represivo”, explica Beston.


Los puntos rojos indican los lugares donde se sospechan centros de detención.
Fuente Amnistía Internacional

Los prisioneros son encerrados en centros de detención con celdas subterráneas o en contenedores de transporte metálicos instalados en pleno desierto, según Amnistía Internacional. En la mayoría de los casos las familias desconocen que sus familiares han sido detenidos, no reciben ninguna información de su paradero y no vuelven a saber de ellos. 

Los eritreos en el exilio estiman que hay más de 200 centros de detención en el país. Antiguos detenidos describen las condiciones de detención como un infierno. Las celdas están generalmente superpobladas con prisioneros forzados a dormir amontonados sin poderse mover”, narra un artículo de Amnistía Internacional de junio de 2013. 

Por otro lado está el servicio militar. Se trata de un sistema en el que todos los ciudadanos sirven al ejército durante una cantidad ilimitada de tiempo. Un servicio, que en principio dura tres años y que puede prolongarse hasta la edad de 50 años. Asimismo, el ejército lleva a cabo regularmente redadas para alistar a los jóvenes. 

La huída del país no es fácil, teniendo en cuenta sus herméticos contornos. A la probabilidad de que te detengan se une el evitar los campos de minas en las fronteras. Como señala Vincent, “tratan de atravesar las fronteras a pie, pasando por el desierto, unos cañones áridos y evitando ser localizados por las patrullas del ejército”. La principal ruta de escape de los eritreos no es por mar. La mayoría hace su camino por tierra. Unos 40.000 eritreos están refugiados en Israel, 87.000 en Etiopía y 125.000 en Sudán. Según el Global Trends Report de 2012 del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Eritrea es el décimo país del mundo en cuanto al origen de los refugiados, con 285.000 personas.


Principales rutas de las migraciones mediterráneas. 
Fuente: BBC News


La ONU estima que 3.000 eritreos abandonaron el país cada mes del año pasado. Huyen de la pobreza, el servicio militar obligatorio, la falta de libertad de expresión, reunión y religión, las detenciones arbitrarias, las condiciones insalubres, y la tortura, en las prisiones, las ejecuciones extrajudiciales y la muerte, aunque ello suponga toparse con ella como ocurrió en Lampedusa.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Elecciones para la Asamblea Nacional en Guinea-Conakry tras dos años de espera

Guinea, oficialmente República de Guinea, y más conocida como Guinea-Conakry para diferenciarla de Guinea Ecuatorial y Guinea-Bissau, afronta este 28 de septiembre la elección de su primer Parlamento desde el golpe de Estado de 2008.

La actual Guinea fue creada como colonia por Francia en 1890 e incorporada en 1895 al África Occidental Francesa. Obtuvo su independencia el 2 de octubre de 1958 y estuvo gobernada por Ahmed Sékou Touré hasta el 26 de marzo de 1984, es decir, 26 años. Durante el régimen de Touré, miles de personas desaparecieron y fueron torturadas, y la mala gestión económica y la represión desataron disturbios en 1977.

A Ahmed Sékou Touré le precedió como presidente el general Lansana Conté quien dio un golpe de Estado el 3 de abril de 1984 contra el presidente interino. A partir de 1990 el gobierno de Conté inició un proceso de democratización y en 1998 se celebraron elecciones presidenciales que lo nombraron presidente. Lansana Conté estuvo en el poder hasta que murió en 2008 cuando, una vez más, tuvo lugar otro golpe de Estado capitaneado por Moussa Dadis Camara. Camara declaró que su gobierno sería transitorio, hasta la celebración de unas elecciones. Sin embargo, en septiembre de 2009 anunció su intención de presentarse. La respuesta de los guineanos fueron las protestas, de las que destaca la manifestación a favor de la democracia del 28 de septiembre de 2009 que culminó con cientos de muertos en el estadio de la capital (Conakry) cuando las fuerzas de seguridad ocuparon el estadio en el que se manifestaban miles de personas y abrieron fuego contra quienes se encontraban allí.


Las condiciones para el retorno a un gobierno civil no se dieron hasta 2010, año en el que se llevaron a cabo las elecciones en las que resultó ganador Alpha Condé, actual presidente de Guinea. Estas elecciones son consideradas como el primer verdadero ejercicio democrático de Guinea desde su independencia en 1958. Pese a ello, las elecciones parlamentarias programadas para seis meses después de las presidenciales no tuvieron lugar debido a las protestas que llevó a cabo la oposición. 

Alphá Condé ganó a su adversario Cellou Dalein Diallo en las elecciones de 2010 en la segunda vuelta y ‘por poco’. En la primera vuelta Condé obtuvo el 18,25% de los votos y Diallo el 43,69%. En la segunda vuelta Condé ganó con el 52,52% frente al 47,48% de Diallo. La oposición sostiene que, debido a esta estrecha victoria del actual presidente, su elección fue un fraude. El 19 de julio de 2011 tuvo lugar un intento de golpe de Estado en la casa presidencial, del que Condé salió ileso. 

Las elecciones para la Asamblea Nacional de Guinea Conakry han sido pospuestas en numerosas ocasiones, debido a las acusaciones de la oposición que considera que el gobierno trata de manipular el voto. Así pues, Guinea vive un ambiente político en constante desconfianza entre el gobierno y la oposición. 

Son continuas las manifestaciones de la oposición en contra del presidente Condé. Muchas son violentas y acaban con varios heridos e incluso muertos. Tensiones que se mantienen incluso días antes de las elecciones. Así, el día 21 de septiembre, tuvieron lugar enfrentamientos entre los partidarios del poder y la oposición en la ciudad de N’zérékoré (región sur-este del país) y el 16 de septiembre, en la capital, Conakry, ambas revueltas con heridos leves. El pasado julio hubo 50 muertos en N’zerekore, donde la violencia adquirió además elemento religioso con tensiones entre musulmanes y cristianos. En Guinea la religión musulmana es la más numerosa, con un 85%.

En el período previo a las elecciones que se iban a celebrar el 27 de diciembre de 2011, la oposición acusó a Condé de intentar manipular las elecciones. El presidente accedió retrasando la votación y se comprometió a mantener un diálogo directo con la oposición, que comenzó con el Cadre de Dialogue Politique Inclusif (CDPI). Terminó dos meses más tarde con resultados limitados y entre marzo de 2012 y febrero de 2013 no hubo conversaciones directas, aunque si una serie de intervenciones, facilidades, consultas y anuncios. Sin embargo, la oposición aún no estaba de acuerdo en dos cuestiones fundamentales: el controvertido presidente de la CENI (una nueva Comisión Electoral Nacional Independiente que se estableció en septiembre de 2012 y que se estancó en diciembre de ese año) y el problema del registro de votantes. Ello dio lugar a otra protesta de la oposición el 27 de Agosto de 2012 que provocó un desorden generalizado en la capital. La respuesta a esta situación fue el nombramiento de nuevos miembros del CENI. 

El nuevo y actual presidente de la CENI, Bakay Fofana, señaló Mayo de 2013 como nueva fecha para la celebración de las elecciones legislativas. Sin embargo, la oposición se negó con el argumento de que el pleno de la CENI no había sido consultado. Otras cuestiones que no se veían claras eran las debilidades técnicas, la falta de transparencia en el proceso de revisión del censo electoral y la falta de preparación para el voto de la diáspora guineana. 

Los grupos étnicos más grandes del país son dos: el peul, al que pertenece el 40% de la población y el mandiga (también conocido como mandinka, malinké, mandé o manden), un 35%. En Guinea-Conakry nos encontramos con el inconveniente de la etnicidad politizada. En este país, la mayoría de los partidos políticos se organiza por motivos étnicos o regionales y la sociedad civil se divide en líneas políticas y étnicas. El actual presidente, Alpha Condé es mandinga y Diallo, su principal opositor, es peul. Muchos peul se sienten marginados por los sucesivos gobiernos. Por ejemplo, nunca ha habido un presidente peul. 

La situación de Guinea se complica por los conflictos que han tenido lugar en sus países vecinos, como el de Sierra Leona, Liberia o Costa de Marfil. Así, en el año 2000, Guinea recibió a medio millón de refugiados que huían de Sierra Leona y Liberia. Esto dio lugar a un aumento de la presión sobre su economía, desconfianza, tensiones étnicas, la presencia de milicianos y la proliferación de armas. Otro de los problemas que arrastra Guinea es el desempleo juvenil, de un 60%. Por otro lado, Guinea es líder mundial de bauxita (usada en la producción de aluminio), también de hierro, oro y diamantes (gran parte sin explotar) y, sin embargo, la violencia aleja a los inversores, el gobierno ha cancelado los contratos mineros, las fábricas han tenido que cerrar y esto ha desatado el enfado de los civiles. 

El Poder Legislativo en Guinea-Conakry está constituido por un Parlamento de una sola Cámara: la Asamblea Nacional Popular. Consta de 114 diputados, elegidos por el pueblo por 5 años. 38 de ellos son elegidos en circunscripciones uninominales y 76 por representación proporcional. En el extranjero, la comunidad guineana votará al escrutinio proporcional de la lista en 17 países, entre ellos España con alrededor de 4.300 electores.

En cuanto a los partidos políticos, son 33 los que han presentado sus listas de escaños para el parlamento. Entre los principales partidos destacan el RPG (Reunión de patriotas guineanos), el partido del presidente; el UFDG (Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea), de Dalein Diallo (principal rival de Condé); el PEDN (Partido de la Esperanza para el Desarrollo Nacional), de Lansana Kouyate; el UPG (Unión por el progreso de Guinea), de Jean Marie Dore y el UFR (Unión de Fuerzas Republicanas), de Sidya Touré.

Estas elecciones serán supervisadas por observadores extranjeros de la Unión Europea, la Unión Africana y la ONU, sin embargo la celebración de unas elecciones con gobierno y oposición en desacuerdo sobre cuestiones fundamentales es delicada. Lo principal es que tengan lugar de forma pacífica y sean creíbles. No son sólo necesarias unas elecciones multipartidistas como símbolo de democracia y que representen la diversidad del país, sino también dar una voz real a la oposición y mejorar la imagen de Guinea a nivel internacional. El gobierno busca la victoria de su partido como prueba de que sí tiene el apoyo popular para poner en práctica sus políticas, sin embargo, ¿Podría su victoria considerarse prueba de apoyo de los ciudadanos dada la continua acusación de la oposición de que el gobierno pretende manipular los votos?

Quizás te interese: 
Las elecciones legislativas refuerzan el poder de Alpha Condé en Guinea Conakry

viernes, 26 de abril de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE VII: Conclusiones

En rojo, territorio del joven país: Sudán del Sur. Fuente: GEIC
El 9 de julio de 2012 la República de Sudán del Sur cumplió su primer aniversario como Estado. Sin embargo, son muchos los retos que aún tiene que superar: el Gobierno tiene problemas para ejercer su autoridad más allá de Juba, la capital. Los ataques de las milicias no han desaparecido. Crece la llegada de refugiados, procedentes sobre todo de Sudán pero también de otros países limítrofes afectados por la sequía. Mantiene una guerra fronteriza y económica por el petróleo con Sudán y tiene problemas internos de inseguridad y corrupción. Por otro lado, tras la independencia del Sur, el cierre de la frontera por parte del vecino del norte ha provocado un alza de los precios de los bienes de primera necesidad. 

Antes de terminar, resaltar algunos hechos en donde la etnia fue factor de conflicto, como cuando los habitantes acudieron a votar por la secesión y se anunciaba en los medios de comunicación el asesinato de personas en disputas tribales entre los nuer y los dinka, quienes conviven ambos en Sudan del Sur y no son ni árabes ni musulmanes. Igualmente, antes de que se hiciera efectiva la secesión en julio de 2011, centenares de personas fueron asesinadas y más de 80.000 tuvieron que huir a causa de los brotes de violencia[1]

Podemos ver como en el conflicto de Sudán, aunque hay enfrentamientos entre etnias que dicen ser históricos, es el Gobierno quien ha ido utilizando la religión y más tarde ha avivado el odio entre etnias para controlar a placer la situación. 

Otro ejemplo de la importancia que se ha otorgado a la etnia en Sudán es cuando Al Bashir se hizo con el poder. En ese entonces éste destituyó a más de 250.000 funcionarios gubernamentales con la excusa del “interés común” por no serle leales, sustituyéndolos por otros que sí lo eran. “Ojalá el gobierno de Jartum se conformase con el patriotismo político, pero no, ya que se han repartido los organismos oficiales del Estado y luego las administraciones públicas entre tribus y clanes. Jartum selecciona a sus partidarios y seguidores para los cargos y funciones según su pertenencia étnica y tribal”[2]. Como señala Hussain, nos encontramos con “una situación compleja y penosa causada por la falta de conciencia, la ausencia de democracia y libertad de expresión y la sucesión de gobiernos militares y del totalitarismo”. 


_______________________________
[1] Hussain, L., “El problema está en la tribu: el caso de Sudán” EN Si hablas de nosotros…Comunicación. Colección Cuadernos Africanos. Casa África, 2011. Pp. 57-61
[2] Ídem.

viernes, 19 de abril de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE VI: La intervención política en los conflictos entre tribus

Después del sur obtener la independencia el panorama sigue siendo hostil. Ahora la región del sur está marcada por conflictos entre varios grupos étnicos de este país, dícese por la escasez de recursos en la región. Sin embargo el problema va más allá. 

Las etnias de Sudán y Sudán del Sur
diferenciadas 
por su posición
geográfica predominante. 
Fuente: BBC
Como explica Hussain en su artículo El problema está en la tribu: el caso de Sudán[1] “en el Sur hay tribus enfrentadas por enemistades históricas. El gobierno de Jartum captó a algunas de ellas para forjar alianzas durante la guerra, pero, en época de paz, las instituciones y los organismos civiles modernos del Sur intentaron, a pesar de su debilidad, superarse y disolver esas enemistades heredadas. No obstante, los conflictos políticos las reavivaron, incluso las acentuaron y las utilizaron como trampolín. El gobierno de Jartum no sólo recurrió al comodín de las tribus después de agotar el recurso de la religión, sino que, además manipuló las diferencias tribales para aplicar leyes fraudulentas, disfrazándolas de sharia; militarizando a individuos de tribus debilitadas que sienten injusticia y frustración social”. Esta frustración social también es histórica. Antes cada tribu tenía un tatuaje particular para distinguirse de los demás. Hay que tener en cuenta que unas eran consideradas mejor que otras lo que creaba una humillación al ser descendiente de esclavos por ejemplo, aunque también de judíos[2]. Estas marcas comenzaron a extinguirse con la vida en las ciudades, lo que ayudó en gran medida a la disminución del fanatismo étnico, sin embargo es una costumbre que perdura en las tribus del Este y del Sur. 


“El gobierno de Jartum captó un gran número de hijos de esas familias marginadas y les asignó tareas que les permitían vengarse, con la ley en mano, de una sociedad que los rechazó y los despreció en un pasado sin ley. Los mezclaron con inmigrantes de otras regiones africanas que sienten también la injusticia social porque, a pesar de residir en Sudán desde hace más de setenta años, hay quien los considera todavía como extranjeros y ciudadanos de segunda categoría […] Es este desprecio el que allanó el camino para que Jartum jugase su baza tribal y étnica, enfrentando a las gentes entre sí”, argumenta Hussain. 

Aunque la constitución transitoria de Sudán del Sur establece que la República es democrática y se define como “multiétnica, multicultural, multilingüe, multirreligiosa y multirracial”, establece la separación entre Iglesia y Estado y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres[3]. Y además, reconoce que "todas las lenguas indígenas de Sudán del Sur son lenguas nacionales" aunque "el inglés será el idioma oficial de trabajo en la República de Sudán del Sur, así como la lengua de enseñanza en todos los niveles de la educación”, mucho se distancia de la realidad actual del país. 

_______________________
[1] Hussain, L., ‘El problema está en la tribu: el caso de Sudán’ EN Si hablas de nosotros…Comunicación. Colección Cuadernos Africanos. Casa África, 2011. Pp. 57-61. 
[2] “Históricamente, Sudán era un paso estable de comerciantes y de flujos migratorios. Dada su ubicación al Oeste del Mar Rojo y de Arabia Saudí, donde está la tierra santa de los musulmanes, los peregrinos lo atravesaban para ir a La Meca desde todo el centro y el Oeste de África. Entre ellos había mauritanos, marroquíes, nigerianos, etc. No es extraño que entre muchas familias sudanesas haya apellidos como Al-Chami, Al-Magribi, Al-Chankiti, Al-Yemeni o incluso Al-Kordi. Sin embargo, hay familias que han sido obligadas a ocultar su origen étnico o su apellido si este era Israel, Shimon u otro nombre judío y otras familias esconden su origen étnico si es de la estirpe de esclavos liberados. A pesar de que el último esclavo fue liberado oficialmente en Sudán en 1936, en la época de la colonia británica, sus descendientes son objeto de burla y desprecio por parte de casi toda la sociedad, aunque sean de cuarta generación”: Hussain, L., ‘El problema está en la tribu: el caso de Sudán’ EN Si hablas de nosotros…Comunicación. Colección Cuadernos Africanos. Casa África, 2011. Pp. 57-61. 
[3] Constitución transicional de la República de Sudán del Sur en inglés: http://www.sudantribune.com/IMG/pdf/The_Draft_Transitional_Constitution_of_the_ROSS2-2.pdf

Siguiente capítulo: 
PARTE VII: Conclusiones

viernes, 12 de abril de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE V: Los recursos naturales: El petróleo

Fue a finales de la década de los ’70 cuando los recursos naturales del Sur adquirieron más importancia al ser descubiertos yacimientos de petróleo. Sudán comenzó a exportar hidrocarburo en 1999, cuyos ingresos permitieron al Gobierno adquirir nuevo material bélico. Estos yacimientos están siendo explotados también por las multinacionales extranjeras, siendo una de ellas la francesa TOTAL. Pero ya en los años ‘70 la empresa estadounidense Chevron estaba explotando el terreno cuando al inicio de la segunda época de guerra Sudán paralizó la producción de petróleo y esta empresa, azotada por los ataques de los rebeldes del Sur, tuvo que abandonar el país[1]
Campos de petróleo situados en la frontera
 entre Sudán y Sudán del Sur. Fuente: BBC

El petróleo representa casi el 98% de los ingresos del Gobierno y el 70% del PIB del país. Sin embargo, el cese de la producción de crudo a finales de enero de 2012 – Cuando Sudán del Sur acusó a su vecino del norte de querer apropiarse de las reservas e imponer unas tasas abusivas al tránsito del crudo por su territorio- ha provocado una debacle en la economía y una escasez de divisa extranjera que ha devaluado a un 40% la libra sursudanesa[2]

Más del 75 % del petróleo que Sudán exportaba antes de la independencia sursudanesa procedía de los campos situados en territorio sureño, mientras que la infraestructura necesaria para comercializarlo se encuentra en el norte. Para buscar una solución a este problema, Juba (capital de Sudán del Sur) se ha planteado la construcción de un oleoducto a través de Kenia, pero los expertos apuntan que este proyecto requerirá al menos tres años y una inversión de miles de millones de dólares[3].

_______________________
[1] En el siguiente enlace puede verse la cronología de la empresa del petróleo en Sudán en inglés de 1955 hasta 1999: http://www.sudanupdate.org/REPORTS/Oil/21oc.html
[2] “Sudán del Sur cumple su primer aniversario con poco que celebrar” EN GuinGuinBali, 9 de julio de 2012.
[3] Idem.


Siguiente capítulo: 
PARTE VI: La intervención política en los conflictos entre tribus

jueves, 4 de abril de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE IV: El conflicto de Darfur

Territorio de Darfur en Sudán.
Fuente: mtholyoke.edu
Paralelamente a esta guerra entre el norte y sur del país, surgió al oeste de Sudán el conflicto de Darfur. A partir de 2003 se sucedieron ataques directos a la población negra de esta región de una milicia llamada los Yanyauid. Los Yanyauid, traducido significa “Jinetes armados”, son una milicia árabe musulmana constituida por ganaderos Baggara que llevaron a cabo una guerra de guerrillas en esta región. En Darfur la mayoría de los habitantes son negros, predominantemente de las etnias Fur –de la que el territorio coge su nombre-, Masalit y Zaghawa. Y, por otro lado, hay una minoría árabe, de la etnia Baggara “los de las vacas”, a la que Al Bashir apoyó en la región de manera política y económica cuando tomó el poder. Este enfrentamiento dio lugar a una crisis humanitaria con más de un millón de desplazados, hambruna, al no poder cultivar las tierras; matanzas y violaciones. A este conflicto se le ha llegado a considerar una “limpieza étnica”. 

En el trasfondo del aumento de las tensiones se encuentra la competencia entre negros y árabes por los escasos recursos naturales, en especial las tierras de cultivo. Las primeras tensiones que darían lugar a este conflicto afloraron a finales de los ’80 cuando la población árabe (nómada y que trasladaba su ganado hacia el sur en primavera para pastar) comenzó a moverse con mayor antelación, lo que conllevó serios problemas a los negros, dedicados a la agricultura, ya que sus cultivos fueron comidos por las hordas de camellos. 

Fueron dos años de negociaciones de la guerra iniciada en 1955. Negociaciones en las que participaron EEUU, Reino Unido y Noruega y que llegaron a un compromiso a principios de enero de 2005 en Kenia. A través de este acuerdo tuvo lugar el cese al fuego, a su vez, el sur de Sudán consiguió constituirse como una región autónoma, con su propio gobierno y una constitución interina (la cual fue aprobada el 5 de diciembre de 2005), y se definió la celebración del referéndum de independencia para 2011. 

Al mismo tiempo también tuvo lugar la negociación para la finalización del conflicto de Darfur con acuerdo en mayo de 2004 y el 6 de julio de este mismo año, ante esta presión de la Comunidad Internacional, el Gobierno de Sudán anunció el desarme de la milicia Yanyauid. Pero a pesar de estos acuerdos no cesaron las agresiones. Un incidente que produjo el alza de la violencia y el desbarajuste en el sur fue la muerte en un accidente de avión en julio de 2005 del vicepresidente John Garang, quien había dirigido el EPLS (Ejército Popular de Liberación de Sudán) durante la guerra. 

Puede considerarse que esta larga guerra tuvo su origen en la lucha por la tierra y las diferencias étnicas, entre el norte y el sur, tanto a nivel cultural como en el trato diferenciado entre unas y otras. Sin embargo, el descubrimiento de los yacimientos petrolíferos también fue importante en el enfrentamiento y sigue siéndolo hoy día entre los gobiernos de los dos países que no alcanzan un acuerdo en cuanto a esos enclaves situados justo en la frontera entre ambos países.

Siguiente capítulo: 
PARTE V: Los recursos naturales: El petróleo

lunes, 25 de marzo de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE III: Tras la Independencia

A partir de su independencia el país estuvo regido por gobiernos árabes-musulmanes aunque desde el punto de vista “étnico” la mayoría de la población de Sudán es de origen africano (61%) y sólo un 39% es árabe[1]. Sin embargo, el 70% de la población es musulmana aunque hay una minoría cristiana -iglesia católica, anglicana y protestante- (5%) y numerosas religiones tradicionales/animistas (25%). Estas divisiones étnicas y religiosas están reflejadas en la geografía: árabe-musulmán en el norte y negros cristianos o animistas en el sur. 

Ya desde antes de la independencia se evidenciaba la diferencia entre el sur de Sudán y el norte, más desarrollado y donde se situaba la capital del país. Es más, en 1955 los líderes de la insurrección que daría paso a la Guerra Civil Sudanesa acusaron a Jartum de preocuparse sólo del norte y marginar al sur y a partir de entonces, y hasta 1972, comenzó el conflicto entre el sur y el norte de Sudán. 

El origen de este conflicto también estuvo influido por la presión ejercida por los gobiernos musulmanes del Norte sobre la población del Sur, así como por la competencia por los recursos naturales. A esto se le sumó la inestabilidad política del Gobierno desde la independencia. Se sucedieron varios gobiernos, derrocados una y otra vez por golpes de Estado instaurándose regímenes militares. 

El Sur, que buscaba la emancipación, recibió en 1960 una oferta de autonomía limitada –durante unas conversaciones entre el Gobierno de Jartum y los líderes políticos del Sur- que no sirvió para parar la guerra hasta 1972, cuando el presidente Nimeri (presidente desde el golpe militar que le atribuyó el poder en 1969) negoció un acuerdo que otorgó amplia autonomía al sur, expresado en el Tratado de paz de Addis Abeba (Etiopía). 

Once años después, en 1983 se reanudó el conflicto, esta vez por la instauración de la sharia (ley islámica) en todo el país sin importar la creencia religiosa que se practicara y en un contexto en el que la población estaba empobrecida como consecuencia de las medidas económicas fijadas por el FMI para el pago de su deuda. Esta serie de acontecimientos provocó la ruptura de los acuerdos con el sur, comenzando una nueva guerra o la sucesión de la iniciada en 1955 de los líderes del sur del Frente Popular de Liberación de Sudán (FPLS) por parte de su ejército y el Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), liderado por John Garang, contra el Gobierno Central. Esta guerra estuvo agravada además por sequías e inundaciones que devastaron los cultivos a lo que se sumó la hambruna. 

Omar Ahmed Al Bashir, presidente de Sudán desde1989.
Fuente: Guinguinbali
En 1989 tuvo lugar otro golpe de Estado, llevado a cabo por Omar Ahmed Al Bashir, desde entonces presidente de Sudán y quien en 1991 volvió a instaurar la sharia. Omar Al Bashir tiene una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad, luego ampliada a genocidio por su implicación activa en el conflicto de Darfur. 


[1] SOSA, R., “Sudán, un conflicto sin fin” EN Papeles de cuestiones internacionales, Nº. 86, 2004. Pág.3


Siguiente capítulo: 
PARTE IV: El conflicto de Darfur

lunes, 18 de marzo de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE II: Volver al pasado para entender el conflicto

Remontamos a la antigüedad, cuando Sudán se denominaba Nubia y estuvo dominada por los faraones egipcios. Más tarde controlaron la región el Imperio Romano y luego el Bizantino y la cristianizaron. Después, los musulmanes de la etnia funj dominaron la zona hasta que, en 1821, Egipto conquistó el territorio. 

El avance del Islam fue impedido por las barreras geográficas, lo que mantuvo el dominio de los ayungara[1] y el patrimonio social y cultural de las diversas etnias que allí habitaban. Además, en la parte sur del Sudán los intentos de colonización de los franceses y los belgas fueron repelidos por las guerrillas de los ayungara y los azandes, aunque en el siglo XIX la llegada de los británicos rompió la independencia de las tribus sursudanesas. También la región de Darfur, por aquel entonces sultanato y autónomo de Sudán, consiguió conservar su independencia hasta bien entrado el período de dominio británico, quienes lo anexionaron al territorio sudanés. 

A mitad del siglo XIX, la expansión de Reino Unido convierte a Sudán en un espacio estratégico para los intereses británicos, de modo que fue arrebatado a los egipcios con la motivación de que se aumentaría el comercio a través del Canal de Suez[2] y con el objetivo de frenar la expansión francesa en el continente africano. 

Reino Unido pasó a compartir Sudán con Egipto en 1880. Tres años más tarde Mahdi Mohamed Ahmed, un líder militar y religioso derrotó a las tropas anglo-egipcias y tomó el control de Jartum creando un Estado islámico independiente en 1885, aunque este fue derribado por las fuerzas británicas en 1898. 

A pesar de formar una sola colonia, el Sudán Anglo-Egipcio fue administrado como dos territorios diferentes, es decir, debido a que en el norte predominaba la población musulmana y se hablaba árabe, en el sur animista se aprovechó para fomentar el uso del inglés. Igualmente, aunque en principio la idea de los ingleses era incorporar el sur de Sudán a Uganda, país que hace frontera con Sudán del Sur, finalmente se decidió unificar con Sudán, a pesar de las protestas del sur. 

 Sudán antes de la independencia de Sudán del Sur.
Fuente: worldpress.org
La tensión entre Egipto y Reino Unido por el control del país aumentó desde la II Guerra Mundial y pocos años después, en la década de los ’50 Sudán se sumó a la ola de independencia, acordándose un referéndum entre Egipto y Reino Unido que marcó la independencia del Sudán el 1 de enero de 1956. A pesar de las diferencias entre ambas regiones, los británicos y egipcios no las tuvieron en consideración y aceptaron dar la independencia al territorio conjunto con capital en Jartum

_____________________________________
[1] Pueblos nilóticos como los dinka, nuer, shilluk y otros entraron por primera vez a Sudán del Sur en algún momento antes del siglo X. Durante el período comprendido entre el siglo XV hasta el siglo XIX, las migraciones tribales, en gran parte de la zona de Bahr al Ghazal (Río de la Gacela), reunieron a estos pueblos en su ubicación actual. El pueblo azande (no nilótico) entró en Sudán del Sur durante el siglo XVI, habitando en el estado más grande de la región. En el siglo XVIII, el pueblo avungara entró y rápidamente impuso su autoridad sobre los azande.
[2] Este canal se abrió en el año 1869.

Siguiente capítulo: 
PARTE III: Tras la Independencia

lunes, 11 de marzo de 2013

Lucha norte-sur en el Sudán – PARTE I

Papeleta del referendum en Sudán del Sur 

en enero de 2011 con las opciones de 'Unidad' y 'Secesión'. 
Foto: ACT / Nils Carstensen
El 9 de julio de 2011, tras unas largas e intensas negociaciones, la región sur de Sudán, proclamó oficial y formalmente su independencia con el nombre de República de Sudán del Sur, con capital en la ciudad de Juba y con una ordenación territorial compuesta de 10 estados federales. Más de cuatro millones de sudaneses del Sur acudieron masivamente a las urnas entre el 9 y el 15 de enero de ese mismo año y el resultado de los participantes al referéndum que decidiría seguir formando parte de Sudán del Norte o su independencia dio el resultado de 98,83% a favor de la separación. Así se creó el Estado africano número 54 y miembro número 193 de la ONU. Pero, ¿por qué los sursudaneses querían la independencia? Y, ¿qué está ocurriendo ahora después de la independencia de este nuevo país? 

El conflicto de Sudán Norte-Sur es conocido como el más largo de África. 22 años de guerra marcados por la guerra entre el norte árabe-musulmán y el sur negro-animista y cristiano y por el Conflicto de Darfur, al oeste de Sudán. Y que ahora prosigue con los conflictos entre etnias en el Sur y por otro lado, el petróleo, debido al fronterizo enclave rico en crudo de Heglig. 

Para ir entendiendo bien los conflictos de Sudán (ahora Sudan y Sudán del Sur) vamos a ir explicando estos enfrentamientos conforme a su sucesión en la historia, así como la intervención de la etnia en cada uno de ellos.

Siguiente capítulo:
PARTE II: Volver al pasado para entender el conflicto

lunes, 25 de febrero de 2013

Los Tuareg en Malí - PARTE VI: Conclusiones

Observamos como un problema de discriminación de una etnia, la tuareg, se ha convertido con el paso de los tiempos en un conflicto no sólo étnico, sino geográfico, de autonomía de este pueblo, político, geopolítico y de intereses económicos donde Occidente participa. 

Además, como considera el periodista Caballero “Hay que tener en cuenta que permitir la independencia de Azawad estaría lanzando un mensaje a los tuaregs que se encuentran en los países vecinos, quienes también podrían reivindicar la independencia. Y es que, a pesar de lo declarado en el comunicado de independencia del 5 de abril de 2012, nada indica que se respeten las fronteras establecidas. Al mismo tiempo, los grupos cercanos a Al Qaeda se podrían sentir animados por los primeros éxitos y lanzar nuevos ataques en otros países de la zona”[1]. 

Para terminar, quiero hacer alusión al artículo de la periodista Rose Skelton en su artículo para el diario El País ¿Traición en Malí? en el que la autora cuenta en primera persona los hechos ocurridos en Malí, las impresiones de sus gentes y una conversación que mantuvo con un amigo suyo de Malí, Yaya, en la que intercambió impresiones sobre el golpe de Estado. “El hecho de que el Gobierno hubiera caído en cuestión de horas tras una pelea que estalló en un cuartel entre soldados enojados y el ministro de Defensa, muestra lo frágil que es el marco social y político de Malí”, comenta. Además, Skelton cuenta que “en los días siguientes al golpe, mientras entrevistaba a trabajadores del Gobierno, vendedores de zapatos, músicos y estudiantes, que, en su mayoría, me decían que eran felices, que la Era ATT [Amadou Toumani Touré] había pasado y tal vez los militares podrían hacer mejor trabajo, me esforcé por entender cómo las cosas en este país considerado ‘modelo de Democracia’ […] habían terminado de este modo […]. Sólo unas pocas personas afirmaron estar disgustados por el modo en que el Ejército tomó el poder”. Es curiosa esta muestra de que la democracia occidental no es aplicable a todas las culturas, así como la interpretación que el amigo de la periodista tiene de por qué el común de los malienses es tan feliz con el golpe de Estado: “El sistema de votación democrática sólo existe desde hace veinte años y Malí es, en cambio, un país famoso por su historia de reyes nobles, guerreros valientes y grandes imperios, ninguno de los cuales fue elegido a través de las urnas”.[2] 


[1] CABALLERO, C., “¿Qué pasa en… Azawad?” EN África no es un país. Blogs Internacional. El País, 9 de abril de 2012. 
[2] SKELTON, R., “¿Traición en Malí?” EN África no es un paísBlogs Internacional. El País,11 de mayo de 2012.

lunes, 18 de febrero de 2013

Los Tuareg en Malí - PARTE V: Los intereses económicos de Francia y otros países en la zona

No hay que olvidar que Francia, como antigua colonia, ante cualquier movimiento se encuentra en el punto de mira. En este sentido, un artículo de la revista africana Jeune Afrique se preguntaba el 9 de marzo de 2012 (antes del golpe militar) por qué Malí sospecha de un doble juego de Francia en la rebelión tuareg. Según la revista, existiría la posibilidad “de que Francia y la OTAN hubieran llegado a un compromiso con los tuareg: apoyo para sus reivindicaciones en Malí a cambio de que abandonaran la lucha en Libia”[1]. De momento (septiembre 2012) ningún analista de peso ha confirmado esta cuestión. 

Además Francia, así como la Unión Europea tienen fuertes intereses económicos en la región. La Cuenca de Taoudeni, que Azawad comparte con Mauritania y Argelia, es rica en petróleo y allí distintas compañías de Australia, Argelia, Italia, Francia y China han estado haciendo prospecciones. Además, en torno al Macizo de Air está la región donde Francia consigue alrededor del 30% del uranio que utiliza en sus centrales nucleares. Las empresas gigantescas como la francesa Areva y la China National Nuclear Corporation extraen juntas el 8% de la producción mundial del uranio. Otro dato: en 2009 la compañía francesa Areva invirtió más de 1.500 millones de dólares en la zona para la construcción de la segunda mina más grande del mundo de este mineral. Como podemos ver, Francia como antiguo poder colonial y principal actor extranjero en esta región, tiene muchos intereses en juego y su posición a la hora de determinar el futuro de Azawad tendrá un gran peso. 


[1] MORENO, A., “¿Se restablece la democracia en Malí?” EN Blog Por fin en África, 2 de abril de 2012.

Siguiente capítulo: Los Tuareg en Malí - PARTE VI: Conclusiones

lunes, 4 de febrero de 2013

Los Tuareg en Malí - PARTE IV: Los diferentes grupos que operan en el enfrentamiento

El MNLA se formó con exiliados tuareg residentes principalmente en Argelia y Libia y lanzó su primera acción en 1990. Posteriormente, se adhirió a la Unión de Movimientos y Frentes de Azawad (UMFA), una coalición de diversos grupos tuareg. Sin embargo, hay quienes dicen que este movimiento no existía previamente y que es el resultado de la unión de distintos grupos tuareg a finales de 2011. Lo cierto es que tras el desmoronamiento del régimen de Gadafi, muchos tuareg que formaban parte de su ejército huyeron y se unieron a las filas del MNLA. Este movimiento se presentó como el líder de la rebelión y con el objetivo de la creación de un nuevo Estado sobre la base del laicismo y la democracia. Sin embargo, el MNLA tan solo se puede atribuir la conquista de Menaka y el resto de las conquistas militares de la rebelión tuareg no hubieran sido posibles sin dos grupos cercanos a Al Qaeda en esta región: Ansar el Din y Al Qaeda en el Magreb islámico (AGMI) quienes habrían otorgado apoyo al MNLA. 


Ançar Dine que en árabe significa “defensores de la fe” es un grupo armado de carácter islamista radical encabezado por el histórico líder tuareg Iyad Ag Ghali. Este comandante tuareg fue el padre de la rebelión de principios de los años noventa y el secretario general del Movimiento Para la Liberación del Azawad (MPLA). Tras los acuerdos de Tamanrasset del 6 de enero de 1991, el MPLA se escindió en tres grupos y Ghali permaneció al frente de uno de ellos, el Movimiento Popular del Azawad (MPA), integrado básicamente por tuaregs de la tribu Ifoghas, que depuso las armas y negoció con el Gobierno, aunque en años posteriores siguieron protagonizando actos de bandidaje y las hostilidades volvieron a estallar en 2006 en una nueva rebelión tuareg. También fue un personaje clave en las negociaciones de paz que pusieron fin a la revuelta de 2007 y por lo que el Gobierno de Malí de Amadou Toumani Touré (ATT) nombró a Iyad Ag Ghali consejero consular en Djeddah (Arabia Saudí). Realmente, el Gobierno de Bamako tenía la clara intención de alejarlo de un norte de Malí cada vez más inestable e infiltrado por grupos terroristas procedentes de Argelia y, en concreto, por el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) luego convertido en Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). Pero, para entonces Ghali ya mantenía contactos con la secta islamista Dawha que había llegado a Kidal de la mano de paquistaníes de Peshawar, vinculados igualmente a los talibanes afganos. En Arabia Saudí Iyad Ag Ghali se olvidó del independentismo pero su fe musulmana se radicalizó. Los servicios secretos de Arabia Saudí siguieron sus movimientos en la ciudad de Djeddah y llegaron a la conclusión de que mantenía estrechos vínculos con islamistas radicales, lo que motivó su expulsión del país en 2010. Ya en Malí, Iyad Ag Ghali volvió a contactar con los nuevos líderes de AQMI y, aprovechando el regreso de centenares de mercenarios tuaregs que combatieron en la guerra de Libia, decidió crear este nuevo grupo, Ançar Dine, cuya intención es aplicar la sharia en el norte de Malí. El miércoles 4 de abril de 2012, apareció Ag Ghaly en Tombuctú junto al líder de Al Qaeda en el Magreb islámico (AQMI), Mokhtar Belmokhatar. Un grupo que estaría junto con el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO). Dicen haber tomado también parte en los combates y se dedican al contrabando de drogas y personas para financiarse. 

Con su objetivo que no es la independencia del norte sino la islamización de todo Malí –y, en consecuencia, imponer la ley islámica, la sharia– Ag Ghaly está obligando a las mujeres a usar el velo y les ha prohibido llevar pantalones o cortar las manos a los ladrones, entre otras cosas. 

La presencia de Al Qaeda del Magreb Islámico se presenta como un añadido desestabilizador de la zona que preocupa a la Comunidad Internacional. Esta organización aprovecha la porosidad de las fronteras, la facilidad para el tráfico de armas y el escondite perfecto que es el Sáhara para extenderse a sus anchas por el norte del país. Además, se ha constatado también la presencia de Mujao (Movimiento para la Unidad de la Jihad en África Occidental) y de yihadistas procedentes de Somalia (Al Shabab), Nigeria y Níger (Boko Haram) e incluso de Pakistán. 

Pero además, es la presencia de estos grupos ligados a Al Qaeda lo que está presentando un obstáculo para que la Comunidad Internacional reconozca la independencia de Azawad ya que “los países occidentales no consentirán que una zona tan estratégica pueda estar en manos de extremistas que ellos mismos no dirigen”[1] ni que sean estos grupos y sus aliados los que controlen las materias primas de la zona. 

Por otro lado, aunque estos grupos islamistas hayan ayudado a los tuareg a controlar todo el norte de Malí, hay que tener en cuenta su relación con estos. Puede decirse que realmente los tuareg independentistas del MNLA no se sienten cómodos en compañía de los terroristas árabes, pero no cuentan con la colaboración de los tuareg islamistas de Ansar Dine para expulsarles y el MNLA pierde terreno frente a los radicales. En consecuencia, a finales de mayo de 2012, el MNLA y el grupo islamista Ançar Dine acordaron en Gao su fusión en una sola entidad: el Consejo de Transición del Estado Islámico del Azawad, acuerdo por el cual se acepta el Islam como religión y se declara que el Corán y la Sunna (palabras y acciones del profeta Mahoma) son las fuentes del derecho, o sea, que se aplicará la ley islámica o sharia. Este acuerdo que en un principio contentaba al MNLA, movimiento laico, cuya principal reivindicación era la independencia, y a Ançar Dine, cuya única reivindicación era la aplicación de la ley islámica en los territorios bajo su control, dio marcha atrás cuando pocos días después comenzaron a alzarse voces entre los tuareg contra dicho acuerdo en revueltas en Gao, Tombuctú y Kidal, comenzando entonces combates entre los tuareg y los islamistas. 


[1] CABALLERO, C.: “¿Qué pasa en… Azawad?” EN África no es un país. Blog Internacional. El País, 9 de abril de 2012.

Siguiente capítulo: 
Los Tuareg en Malí - PARTE V: Los intereses económicos de Francia y otros países en la zona

lunes, 28 de enero de 2013

Los Tuareg en Malí - PARTE III: La quinta rebelión de los tuareg

En enero de 2012 estalló en el norte la quinta rebelión de los tuaregs en un siglo. Al mismo tiempo, ese mismo año el 22 de marzo una facción del ejército de Malí, liderada por Sanogo, dió un golpe de Estado contra el gobierno de Amadou Toumani Touré, a falta de sólo un mes para la celebración de las elecciones presidenciales. Los militares lo justificaron por la falta de determinación del gobierno para hacer frente a la revuelta armada iniciada por los rebeldes tuareg en el norte del país, liderados por el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA).

Un golpe que terminó beneficiando a los rebeldes, quienes aprovecharon el vacío de poder en Bamako (la capital) para avanzar más rápido hasta apoderarse de Tombuctú, Gao y Kidal, las tres principales ciudades del norte de Malí. Así, el 5 de abril de 2012 el MNLA decidió unilateralmente, en un comunicado de prensa a través de su página web, el fin de las operaciones militares y la completa liberación del territorio de Azawad, al llegar hasta Tombuctú. Además, pidieron a la Comunidad Internacional garantizar el Pueblo de Azawad contra las posibles agresiones de Malí y llamaron al reconocimiento del nuevo Estado. Sin embargo, la Unión Africana rechazó esta declaración manifestando en una nota que “condena firmemente el anuncio nulo y sin valor alguno”. Asimismo, para el ministro de Defensa francés, Gérard Longuet y la Unión Europea se trató de una declaración unilateral sin sentido porque no será reconocida por el resto de los Estados. Además, a pesar de que el territorio de Azawad forma parte también de otros países con frontera con Malí, el MNLA declaró en su Web el reconocimiento de las actuales fronteras y su inviolabilidad, así como la adhesión total a la carta de Naciones Unidas y a “crear las condiciones de una paz duradera e iniciar los fundamentos institucionales del Estado basados en una Constitución democrática”.

Siguiente capítulo: 
Los Tuareg en Malí - PARTE IV: Los diferentes grupos que operan en el enfrentamiento

lunes, 21 de enero de 2013

Los Tuareg en Malí - Parte II: Etapas del conflicto

El enfrentamiento entre los tuareg y el gobierno de Malí ha tenido hasta en cuatro ocasiones conflictos abiertos y nunca se han llegado a cerrar debido a los precarios acuerdos de paz. El primer intento de liberarse del dominio extranjero dio lugar al levantamiento de Ag Mohammed Wau Teguidda Kaocen, entre 1916 y 1917, en las montañas de Air, en el norte de lo que ahora es Níger. Kaocen formó una coalición tuareg para oponerse a los franceses, pero la traición del sultán de Agadez, que permaneció leal a los europeos, inclinó la lucha a favor de estos últimos. 

Con la independencia de Malí en 1960, los tuareg no fueron integrados en el nuevo gobierno, quien impulsó una ley de reforma de la tierra que atentaba contra las tierras tradicionales del pueblo del desierto. Los tuareg se rebelaron por ello en 1961. El ejército de Malí llevó a cabo una fuerte represión que supuso la masacre de pueblos y aldeas enteras y en consecuencia, muchos tuareg se vieron obligados a refugiarse en los países vecinos. La falta de suministros y la tierra devastada llevó a los tuareg a firmar un precario alto al fuego en 1964 por el que no conseguían ninguna concesión. Igualmente, las sequías y consecuentes hambrunas de 1973-1974 y de 1984-1985 hicieron desaparecer gran parte del ganado tuareg, lo que obligó a muchos jóvenes a emigrar a Argelia y Libia principalmente. Fue en este último país donde Gadafi incorporó a miles de ellos en su ejército. 

Así, un nuevo levantamiento tuvo lugar entre 1990 y 1996 en Níger y Malí, apoyado por Gadafi. Este alzamiento concluyó con los acuerdos de paz de Uagadugú de 1995 en los que se reconocía cierta autonomía a los tuareg y daba solución a las quejas de los militares de esta etnia a los que no se les permitía ascender en los ejércitos de Malí y de Níger. 

Más tarde, en febrero de 2007 una nueva rebelión surgió debido al lento proceso de integración en la vida civil o las fuerzas armadas y a la pérdida de sus puestos en el gobierno de Bamako de algunos políticos tuareg. En este enfrentamiento fue Argelia la que ayudó a negociar un alto al fuego con Malí, mientras que Libia hizo lo mismo con Níger en 2009.

Siguiente capítulo: Los Tuareg en Malí - PARTE III: La quinta rebelión de los tuareg