lunes, 23 de septiembre de 2013

Elecciones para la Asamblea Nacional en Guinea-Conakry tras dos años de espera

Guinea, oficialmente República de Guinea, y más conocida como Guinea-Conakry para diferenciarla de Guinea Ecuatorial y Guinea-Bissau, afronta este 28 de septiembre la elección de su primer Parlamento desde el golpe de Estado de 2008.

La actual Guinea fue creada como colonia por Francia en 1890 e incorporada en 1895 al África Occidental Francesa. Obtuvo su independencia el 2 de octubre de 1958 y estuvo gobernada por Ahmed Sékou Touré hasta el 26 de marzo de 1984, es decir, 26 años. Durante el régimen de Touré, miles de personas desaparecieron y fueron torturadas, y la mala gestión económica y la represión desataron disturbios en 1977.

A Ahmed Sékou Touré le precedió como presidente el general Lansana Conté quien dio un golpe de Estado el 3 de abril de 1984 contra el presidente interino. A partir de 1990 el gobierno de Conté inició un proceso de democratización y en 1998 se celebraron elecciones presidenciales que lo nombraron presidente. Lansana Conté estuvo en el poder hasta que murió en 2008 cuando, una vez más, tuvo lugar otro golpe de Estado capitaneado por Moussa Dadis Camara. Camara declaró que su gobierno sería transitorio, hasta la celebración de unas elecciones. Sin embargo, en septiembre de 2009 anunció su intención de presentarse. La respuesta de los guineanos fueron las protestas, de las que destaca la manifestación a favor de la democracia del 28 de septiembre de 2009 que culminó con cientos de muertos en el estadio de la capital (Conakry) cuando las fuerzas de seguridad ocuparon el estadio en el que se manifestaban miles de personas y abrieron fuego contra quienes se encontraban allí.


Las condiciones para el retorno a un gobierno civil no se dieron hasta 2010, año en el que se llevaron a cabo las elecciones en las que resultó ganador Alpha Condé, actual presidente de Guinea. Estas elecciones son consideradas como el primer verdadero ejercicio democrático de Guinea desde su independencia en 1958. Pese a ello, las elecciones parlamentarias programadas para seis meses después de las presidenciales no tuvieron lugar debido a las protestas que llevó a cabo la oposición. 

Alphá Condé ganó a su adversario Cellou Dalein Diallo en las elecciones de 2010 en la segunda vuelta y ‘por poco’. En la primera vuelta Condé obtuvo el 18,25% de los votos y Diallo el 43,69%. En la segunda vuelta Condé ganó con el 52,52% frente al 47,48% de Diallo. La oposición sostiene que, debido a esta estrecha victoria del actual presidente, su elección fue un fraude. El 19 de julio de 2011 tuvo lugar un intento de golpe de Estado en la casa presidencial, del que Condé salió ileso. 

Las elecciones para la Asamblea Nacional de Guinea Conakry han sido pospuestas en numerosas ocasiones, debido a las acusaciones de la oposición que considera que el gobierno trata de manipular el voto. Así pues, Guinea vive un ambiente político en constante desconfianza entre el gobierno y la oposición. 

Son continuas las manifestaciones de la oposición en contra del presidente Condé. Muchas son violentas y acaban con varios heridos e incluso muertos. Tensiones que se mantienen incluso días antes de las elecciones. Así, el día 21 de septiembre, tuvieron lugar enfrentamientos entre los partidarios del poder y la oposición en la ciudad de N’zérékoré (región sur-este del país) y el 16 de septiembre, en la capital, Conakry, ambas revueltas con heridos leves. El pasado julio hubo 50 muertos en N’zerekore, donde la violencia adquirió además elemento religioso con tensiones entre musulmanes y cristianos. En Guinea la religión musulmana es la más numerosa, con un 85%.

En el período previo a las elecciones que se iban a celebrar el 27 de diciembre de 2011, la oposición acusó a Condé de intentar manipular las elecciones. El presidente accedió retrasando la votación y se comprometió a mantener un diálogo directo con la oposición, que comenzó con el Cadre de Dialogue Politique Inclusif (CDPI). Terminó dos meses más tarde con resultados limitados y entre marzo de 2012 y febrero de 2013 no hubo conversaciones directas, aunque si una serie de intervenciones, facilidades, consultas y anuncios. Sin embargo, la oposición aún no estaba de acuerdo en dos cuestiones fundamentales: el controvertido presidente de la CENI (una nueva Comisión Electoral Nacional Independiente que se estableció en septiembre de 2012 y que se estancó en diciembre de ese año) y el problema del registro de votantes. Ello dio lugar a otra protesta de la oposición el 27 de Agosto de 2012 que provocó un desorden generalizado en la capital. La respuesta a esta situación fue el nombramiento de nuevos miembros del CENI. 

El nuevo y actual presidente de la CENI, Bakay Fofana, señaló Mayo de 2013 como nueva fecha para la celebración de las elecciones legislativas. Sin embargo, la oposición se negó con el argumento de que el pleno de la CENI no había sido consultado. Otras cuestiones que no se veían claras eran las debilidades técnicas, la falta de transparencia en el proceso de revisión del censo electoral y la falta de preparación para el voto de la diáspora guineana. 

Los grupos étnicos más grandes del país son dos: el peul, al que pertenece el 40% de la población y el mandiga (también conocido como mandinka, malinké, mandé o manden), un 35%. En Guinea-Conakry nos encontramos con el inconveniente de la etnicidad politizada. En este país, la mayoría de los partidos políticos se organiza por motivos étnicos o regionales y la sociedad civil se divide en líneas políticas y étnicas. El actual presidente, Alpha Condé es mandinga y Diallo, su principal opositor, es peul. Muchos peul se sienten marginados por los sucesivos gobiernos. Por ejemplo, nunca ha habido un presidente peul. 

La situación de Guinea se complica por los conflictos que han tenido lugar en sus países vecinos, como el de Sierra Leona, Liberia o Costa de Marfil. Así, en el año 2000, Guinea recibió a medio millón de refugiados que huían de Sierra Leona y Liberia. Esto dio lugar a un aumento de la presión sobre su economía, desconfianza, tensiones étnicas, la presencia de milicianos y la proliferación de armas. Otro de los problemas que arrastra Guinea es el desempleo juvenil, de un 60%. Por otro lado, Guinea es líder mundial de bauxita (usada en la producción de aluminio), también de hierro, oro y diamantes (gran parte sin explotar) y, sin embargo, la violencia aleja a los inversores, el gobierno ha cancelado los contratos mineros, las fábricas han tenido que cerrar y esto ha desatado el enfado de los civiles. 

El Poder Legislativo en Guinea-Conakry está constituido por un Parlamento de una sola Cámara: la Asamblea Nacional Popular. Consta de 114 diputados, elegidos por el pueblo por 5 años. 38 de ellos son elegidos en circunscripciones uninominales y 76 por representación proporcional. En el extranjero, la comunidad guineana votará al escrutinio proporcional de la lista en 17 países, entre ellos España con alrededor de 4.300 electores.

En cuanto a los partidos políticos, son 33 los que han presentado sus listas de escaños para el parlamento. Entre los principales partidos destacan el RPG (Reunión de patriotas guineanos), el partido del presidente; el UFDG (Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea), de Dalein Diallo (principal rival de Condé); el PEDN (Partido de la Esperanza para el Desarrollo Nacional), de Lansana Kouyate; el UPG (Unión por el progreso de Guinea), de Jean Marie Dore y el UFR (Unión de Fuerzas Republicanas), de Sidya Touré.

Estas elecciones serán supervisadas por observadores extranjeros de la Unión Europea, la Unión Africana y la ONU, sin embargo la celebración de unas elecciones con gobierno y oposición en desacuerdo sobre cuestiones fundamentales es delicada. Lo principal es que tengan lugar de forma pacífica y sean creíbles. No son sólo necesarias unas elecciones multipartidistas como símbolo de democracia y que representen la diversidad del país, sino también dar una voz real a la oposición y mejorar la imagen de Guinea a nivel internacional. El gobierno busca la victoria de su partido como prueba de que sí tiene el apoyo popular para poner en práctica sus políticas, sin embargo, ¿Podría su victoria considerarse prueba de apoyo de los ciudadanos dada la continua acusación de la oposición de que el gobierno pretende manipular los votos?

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