domingo, 13 de noviembre de 2011

La promesa pendiente de España

Han pasado ya 35 años desde que España dejó de lado el territorio del Sahara Occidental, colonia española desde hacía 100 años. La ONU comenzó las descolonizaciones y España, a pesar de retardar la de este territorio nombrándolo provincia 53, en 1957 tuvo que actuar en base a la resolución 1514 de la ONU sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos coloniales de 1960, que incluye al Pueblo Saharaui entre los pueblos colonizados y con derecho a la autodeterminación y su independencia, así como de acuerdo al interés del pueblo saharaui por obtener la independencia.

Una chica saharaui reivindica la independencia
del Sahara Occidental elevando la bandera de su país. 

Marruecos entra en el Sahara 

España prometió oficialmente a los saharauis que se llevaría a cabo el protocolo por el que saldría del Sahara y por el que se llevaría a cabo un referéndum de autodeterminación que traspasaría la administración del territorio al pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario desde 1973. Sin embargo, la Marcha Verde y el interés de Marruecos por crecer territorialmente han hecho que “la liberación” del Sahara Occidental no fuera como debía. 

Las intenciones de Marruecos de conquistar el territorio del Sahara Occidental eran varias. La primera, “que el afán de expansionismo del Gran Marruecos decía que las fronteras de este eran el Sahara, el sur de Argelia y Mauritania –sabiendo que Marruecos no reconoció a Mauritania como Estado hasta 1970-”, explica el delegado del Frente Polisario en Andalucía Oriental, Abdalaje Jalil. La segunda razón según Jalil era “alejar al peligroso ejército, porque la monarquía estaba en peligro por los golpes de estado de 1971 y de 1972. Era una prioridad vital para salvaguardar el trono”. Por otro lado, “sabiendo que el Sahara es un territorio con poca población y muchos recursos naturales Hassan II creía que era un caramelo y que iba a solucionar el conflicto en seis meses”, agrega el delegado.

Por otra parte, el rey Juan Carlos, en ese momento -1975- Jefe de Estado en funciones y Príncipe, visitó El Aaiún para reafirmar su promesa de proteger los derechos legítimos del Pueblo Saharaui. Sin embargo, éste no quiso dar pie a una posible guerra con Marruecos ya que España, con la débil salud e irrebatible muerte de Franco, entraba en una transición inestabilizadora. Por este motivo, un día después retiró las tropas para facilitar al entonces rey de Marruecos, Hassan II, la ocupación del territorio. 

Días después se firmó el Acuerdo Tripartido de Madrid entre Marruecos, España y Mauritania “en donde se cedía la administración y nunca la soberanía del territorio, por eso nadie reconoce la soberanía de Marruecos”, argumenta Jalil, añadiendo además que dicho acuerdo “no tiene ninguna base jurídica y no se reconoce por ningún organismo internacional”. Asimismo, el Tribunal de Justicia de La Haya dictaminó que el Sahara Occidental no tiene lazos de soberanía con Marruecos o Mauritania y debe aplicarse por tanto el derecho de autodeterminación.

El transcurso de los hechos muestra como España tiene pendiente su promesa de un referéndum acorde a la legalidad internacional con su excolonia y además, una responsabilidad para con los saharauis.

Zonas controladas por Marruecos y por el Frente Polisario.

Intereses internacionales

La parte occidental del Sahara es rica en recursos como los fosfatos y la pesca. Además, tiene salida al mar. Son muchas las empresas de la Unión Europea que se benefician de este territorio, además de otras procedentes de países de Oriente Medio, otros países de Asia, América Latina, Estados Unidos y Rusia. Además de los intereses económicos que este territorio alberga, existen también los geopolíticos, las influencias entre unos países y otros y el poder.

Francia es el país con mayores intereses de que el Sahara siga ocupado ilegalmente por Marruecos. El hecho de que forme parte del Consejo de Seguridad de la ONU y sea uno de los cinco miembros permanentes de este (Francia, China, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) le permite el derecho a veto. Con este privilegio, aunque el resto de los países esté de acuerdo en cuestiones como el respeto a los derechos humanos en el Sahara, una negativa de Francia basta para que los posibles acuerdos internacionales se estanquen y las resoluciones no procedan. Jalil afirma que “Francia ha bloqueado todos los intentos de que la Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental) tenga competencia en derechos humanos en el territorio. Es la única misión de la ONU que no tiene competencia de este tipo en el mundo”.


España en el conflicto 

España es uno de los países que más intereses económicos tiene en el Sahara Occidental. Son muchas las empresas españolas relacionadas con la explotación del territorio. Pero, por otro lado, la situación geopolítica de España no la favorece, ya que se encuentra entre Francia y Marruecos, dos aliados imprescindibles en su política exterior. El delegado del Frente Polisario en Andalucía Oriental argumenta que hay que “tener una política exterior eficaz, soberana e independiente, no ligada a nadie. Hay más intereses económicos en España con un Sahara Independiente”.

Asimismo, España se encuentra con la necesidad de mantener las buenas relaciones con Marruecos para regular la inmigración ilegal o el narcotráfico y esto queda reflejado en las insistentes declaraciones de los Gobiernos de ambos países de que las relaciones entre éstos están perfectamente. Para Jalil “se necesita un Gobierno que diga ‘no estoy con nadie sino con las resoluciones internacionales’, fuerte y que no ceda a los chantajes”.

Aunque partidos políticos, sindicatos y ONGs, así como el Congreso y el Senado, condenan los incidentes violentos acontecidos, el Gobierno no se posiciona oficialmente, por la amenaza de Marruecos a desatar una crisis con España. “Un Gobierno tiene que hacer política pensando en las consecuencias de las decisiones”, señaló el presidente Rodríguez Zapatero. Las filtraciones de Wikileaks descubrieron un PSOE que se ofreció a asesorar a Marruecos sobre cómo elaborar un plan de autonomía creíble. Sin embargo, no hay que olvidar que en el Comité de Descolonización de la ONU el Sahara sigue siendo un territorio sin descolonizar y España aparece como potencia responsable del territorio.

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